La muchedumbre incrementaba y lo aclamaban, creyendo que él sí podía llevar a cabo una proeza tan difícil. Blondin levantó sobre sus hombros un saco de arena que pesaba unas 180 libras y lo llevó cargado a través de las cataratas. Ambos llegaron ilesos al otro lado.
Entonces Blondin preguntó:
No hay comentarios:
Publicar un comentario